JACK EL VAMPIRO |
Nací en 1925 y fui abrazado a los 19 años, en mi vida mortal ejercía como
agente gonumanental, era una trabajo peligroso, en el cual un mínimo descuido te podía
constar la vida, pero era como si hubiera nacido para este trabajo. Era muy bueno en mi
trabajo, me gustaban hacer planes perfectos y estos siempre los terminaba con gran éxito.
Muchos vampiros me observaban asombrados de "mi forma de trabajar", me deseaban,
pero en particular un Brujah y un Toreador me seguían de cerca, yo lo sabia, sentía su
penetrante mirada procedente de las sombras, esto me ponía nervioso pero jamas perdía mi
sangre fría.
Una toreador me quería dar caza, ella sentía dentro de mi, en mi corazón, algo que ni
yo mismo sabia que poseía, poseía un corazón ardiente de fuego y pasión, mi corazón
ardía con un inacabable combustible de amor y melancolía, era un sentimiento tan grande
que debía ocultarlo puesto que mi trabajo, no perdona ningún error.
Pero aquella toreador lo sentía y me deseaba por ello, me deseaba tanto que entre
nosotros surgió un lazo psíquico, que me cambio completamente, el cambio mas importante
que se produzco en mi fue la capacidad de ver y sentir como mi corazón habia estado
tanto tiempo hundido en un mar de desesperación, desesperación por mi trabajo y por las
muertes que habia provocado durante tanto tiempo.
En medio de mi confusión y sorpresa por saber quien realmente era, apareció ella, su
presencia me paralizo, sus largos cabellos de seda rubios, y rizados, me fascinaron, pero
mi verdadera perdición fue cuando la mire a sus profundos y azules ojos, me hundí en
ellos, parecían un mar cristalino, que reflejaban una azul tan clarito que me recordaba
mi añorada visión del medio día, acariciado por la mano del intenso sol del verano, su
mirada me acariciaba era como una suave brisa, las oleadas de este mar, eran pura pasión
, la pasión que habitaba en nuestros corazones.
Perdido y aturdido en su mirada, se acerco rápidamente hacia mi, mi corazón cada vez
latía mas fuerte, no podía detenerlo, parecía que me se me iba a salir del pecho, ella
me mostró sus hermosos labios, los acerco hacia los míos, y me dio un suave y sensual
beso, poco después y poniéndome su dedo en mis labios en señal de silencio, abrió la
boca y dejo a descubiertos sus afilados colmillos y poco a poco se acercaba a mi cuello.
Yo como había dicho estaba aturdido por mis emociones y ahogado en su mirada, estaba
ahogado en sus mas profundo interior, no podía sentir ninguna sensación de miedo ya que
lo único que podía sentir era, un infinito amor, pero ella seguía acercándose
lentamente, hasta que rozo con sus colmillos en mi cuello, yo no sabia lo que hacia, solo
sentía como ahora podía estar aun mas junto a ella.
Era como si hubiera abierto una extraña y desconocida puerta y haber entrado en mi interior, ahora la podía sentir mas que nunca, junto a mi, mas cerca de lo que nadie ha estado, era una cercanía superior a la del contacto físico, se podía decir que ella estaba dentro de mi, podía sentir su corazón junto a el mío, podía escuchar su latido, pero poco a poco el sonido iba disminuyendo cada vez me sentía mas débil, sin fuerzas, mi corazón latía cada vez mas despacio, pero me daba igual, la queria a ella y su amor me daba las suficientes fuerzas para seguir con ella.
Ironicamiente yo me aferraba a ella, dejándome llevar por el único pensamiento que me
roía la cabeza: la pasión que sentía por ella, mientras que me arrebataba la vida,
estuve luchando por sobrevivir, luche con todas mis fuerzas y mi energía interior, pero
llego un momento que ya no pude mas y me desmayé.
Cuando la hermosa toreador vio esto se dispuso a hacerse un corte en la muñeca para
hacerme beber su sangre, la sangre infernal vampirica, la sangre de donde nacemos todas
las abominables criaturas que surcan eternamente la noche, una noche tan oscura que solo
la iguala nuestros oscuros corazones, los corazones que sin piedad arrebatan cada noche
una vida para saciar su inacabable sed de sangre, ella que me había quitado la vida me
quería revivir otorgándome otra vida, una vida de amor inmortal, una vida unida por el
mayor lazo existente, el lazo de la pasión vampirica que ni siquiera la temida muerte
podría tocars con su putrefacta mano.
Pero antes de que mis inconscientes ojos pudieran darse cuenta, paso algo irrepentino, un
suceso que cambiaría toda una eternidad de amor que sobrepasaría todas las barreras
mortales, el destino caprichoso y juguetón me deparo un destino infinitamente diferente,
rapidisimamente, tan rápidamente que mis ojos mortales no lo habrían podido captar,
apareció por la ventana otro vampiro, era aquel brujah que me seguía desde hace unos
meses muy de cerca ya que deseaba darme la inmortalidad a cambio de que trabajara para
destruir el orden establecido a favor de la anarkia, el estaba seguro que yo, que en un
tiempo había causando tanto caos destruyendo todo lo que se me ordenaba a cambio de un
correspondiente precio, podía ser una buena carta en la incansable lucha anarkista para
destruir el poder que ahora gobernaba.
Este vampiro rápido como un rayo negro se acerco a nosotros y antes que la hermosa
toreador volviera la cabeza, de un rápido y fortísimo golpe dirigido a su hermosa cara,
salió despedía por la contundencia del golpe hasta estrellarse contra la pared
rescrebrajandola y cayendo inconsciente al suelo.
Sin dudarlo un instante este cruel brujah se hizo un corte en la muñeca y me ofreció su sangre, yo en mi agonía pude oler la vida, reviví de mi estado de inconsciencia y me acerque a su muñeca, sentía un impulso que jamas había conocido, solo deseaba beber de ella, me daba igual todo lo demás, solo quería tomarla, y beber y beber sin descanso, sin dudarlo un instante cumplí mis horribles deseos, bebí de ella.
Podía sentir como de cada gota de su ardiente sangre, recuperaba la vida, pude ver como de un rápido golpe aparte la mano de la muerte que esta ya me había tomado y se disponía a llevarme a algún lugar al que jamas podré conocer. Cada gota que tomaba era la presencia de la vida misma, cada dolorida célula de mi cuerpo apagaba su dolor a mediada que bebía, era una sensación diferente, pero intensa. Sumido en mi confusión abrí por un momento mis ojos y pude ver a aquel brujah que me proporcionaba la fuente de la vida, o mejor dicho la fuente de la vida en la muerte, la fuente de la oscuridad, la fuente de la cual vivo desde aquel entonces.
Enseguida pude oír sus gritos profundos que me llegaban a lo mas adentro de mi
retonando allí. Decía, con una risa maligna y provocadora: ¡¡BEBE!!,¡¡BEBE!!,BEBE DE
LA FUENTE DE LA VIDA, BEBE Y A ACOSTUMBRATE A ESTE SABOR YA QUE NO PROBARAS NADA MAS EN
TODA LA ETERNIDAD, su risa resonante se me clavaba en mi renovada alma, dejándome
realmente incomodo e inquieto, su risa me hizo brotar una gran rabia desde la mas profundo
de mi corazón, esta rabia que sentía me hizo aferrarme aun mas fuerte a su muñeca y
seguír bebiendo con mas ansia, con mas fuerza, la sangre era lo único que apaciguaba mi
dolor, su sangre ardiente parecía lava, lava que con su fuego aliviaba todo mi dolor, yo
seguía bebiendo y bebiendo con una insaciable ansiedad, no me importaba el resto del
mundo. Pero irrepentinamente aparto la muñeca de mi, y dijo con fuerza:¡¡BASTA!!,
mañana podrás tener mas sangre para saciar tu nuevo apetito, ahora debemos ocultarnos ya
que el solo esta apunto de salir y su resplandor jamas nos debe de tocar.
Enseguida nos dirigimos a su refugio, este estaba a las afueras de Madrid, en una iglesia
abandonada donde la vegetación había dominado el territorio y sus verdes zarzas
abrazaban a todas las blancas y tétricas estatuas que reflejaran una cara de horror, una
cara que jamas había podido ver antes a una paralizada estatua, una cara de horror que
gritaba con miedo y sufrimiento a su Dios: ayúdanos, protégenos de estas inhumanas
criaturas nacidas en la maldad. Yo me aterraba a mirarlas nunca había visto que una
estatua me "hablara", nunca había visto que una estatua reflejara tanto
sentimiento en su rostro.
Pero yo seguía maravillado por los cambios que se producían en mi, mi piel se empalidecía, mis ojos se volvían mucho mas claros y infinitamente mas amenazadores y profundos, mis dientes se afilaban, pero dentro de mi es lo que mas estaba cambiando, lo notaba pero no sabia que era, podía sentir el silencio, podía sentirlo como si fuera un amigo mío que siempre estaba con migo, podía sentir a la oscuridad como un cálido manto que me refugiaba del tenebroso exterior que me rodeaba, pero lo que mas me llamaba la atención era la bella y sensual noche que me rodeaba, caí enamorado perdidamente de ella al instante, la deseaba, la quería, la amaba, y me dolía mucho tener que despedirme de ella, por la llegada del maligno sol que la apartaría de mi, pero en ese instante sentía algo que resonaba en mi interior: "Duerme, Duerme, y aléjate del Sol para que mañana puedas volver a reunirte con una nueva noche mas joven que te amara como tu la amas a ella"
Mire a aquel extraño vampiro que ni siquiera sabia su nombre pero por suerte o por desgracia debería seguirle ya que algo que no conocía me unía a el, un lazo fuerte nacido de la unión de la sangre, pero también era un lazo de conocimiento, el era mi maestro y yo su aprendiz y a pesar de sus palabras idiotas y su mentalidad asesina y sin escrúpulos era la persona mas interesante para mi.
Le miraba con cara de duda mientras le preguntaba ¿¿donde vamos a dormir?? por aquí no se ve ni una cama, todo esta lleno de viejos y putrefactos ataules. Entonces el se río y me dijo: ¿¿¿camas dices??? y se río nuevamente, tendrás que dormir en ataules como todos los de tu especie, entonces me vino un sentimiento de repulsión yo no quería dormir en un ataúd jamas había querido dormir en un ataúd, pero algo me hacia olvidarme de mis antiguos pensamientos, y no sentía ninguna repulsión hacia dormir en aquellos ataules. -Te acabaras acostumbrando me dijo con tono de burla, y continuo diciéndome -los ataules son la mejor forma de resguardarnos del peligroso sol y eparar a la noche, solo lamento el estado de estos ataules, pero a ver si lo entiendes, ¡¡ es lo único que tenemos!!
Yo le hice caso y me dormí en uno de esos ataules, esa noche fue la mas larga de mi toda mi vida, soñé con toda mi vida mortal, toda se paso rápidamente, pero pude sentir, y observarla como si la estuviera reviviendo, es algo así como si me estuviera despidiendo de ella, como si se alejara y me dejara solo, solo acompañado de la tenebrosa oscuridad, pero había algo mas que me importaba mas que mi vida, era aquella vampiresa, aquella vampiresa de la cual nuestros corazones siguierón una pasión indescriptible una pasión que supera los limites de la realidad, la amaba si se puede llamar amor a lo que sentía por ella, pero el miedo a que le hubiera pasado algo me aterrorizaba, el miedo a que ya no la volviera a ver me nublaba mis sentidos. Pero algo dentro de mi me decía que estaba viva, que en algún lugar, refugiada en la oscuridad estaba ella, esa sensación calmaba mi sufrimiento, y tranquilizaba mi dolor, solo quería volverla a ver, solo quería volverla a amar.